lunes, 4 de mayo de 2009

CRISIS FINANCIERA Y SOLIDARIDAD SOCIAL

Colaboracion de Ms.Cs. NELSON IBAÑEZ DUEÑAS
DOCENTE DE MACROECONOMÍA UANCV


Es necesario hacer un poco de historia de hechos económicos. Hasta aproximadamente principios del siglo XX y a lo largo de su duración, el sistema capitalista realizaba sendos debates para defender a cualquier precio los postulados del padre de la Economía (Adam Smith) en el sentido de la libertad de mercado; libre competencia y, la inoperancia del Estado en cuestiones económicas, además de la corrupción que produce per se el Estado.
Keynes, al observar la realidad de las diferentes fluctuaciones cíclicas del producto y otras variables, aportó a la Economía la propuesta de la necesidad y el uso de la Macroeconomía, donde fundamentalmente el actor importante para una serie de regulaciones, ordenamiento y presencia era el Estado.
Terminada la segunda guerra mundial y tomando el poder Estados Unidos, proponen a partir de la tesis de Keynes la creación de organismos supranacionales que orienten las políticas económicas en beneficio del grupo de los países más poderosos y defendiendo al sistema financiero que es el centro de todo el poder. En todo este quehacer, muchos gobiernos del mundo acataron fielmente las disposiciones y las defendieron mucho más que los países que acordaron todas las disposiciones.
El punto principal, fue que el Estado no debía meterse en las cuestiones económicas, salieron economistas importantes, especialmente de Chicago para refrendar que el monetarismo evitaba las fallas del mercado y solucionaba en forme rápida y eficiente. A mediados de los 80`, y sabiendo de antemano la caída del muro de Berlín y el posterior desmoronamiento de la URSS, se desató la libertad de mercado y especialmente el florecimiento del sistema financiero dejando casi olvidado a Keynes y la intervención del Estado en asuntos económicos y dando lugar al cambio del mundo y el ingreso de la globalización.
No pasaron ni veinte años y todas las maravillas del mercado eficiente y de la libertad de competencia dan un giro inesperado y se desata la crisis financiera que no es solo una crisis de liquidez, ante la cual los Bancos Centrales siempre han estado dispuestos a menguar la situación. Tampoco es una crisis de sobreproducción, es decir, de la producción de bienes. Esta es una crisis de confianza en los Bancos de Inversión y Ahorro por el sobredimencionamiento de los créditos hipotecarios.
Parecía que la fiesta estaba por terminar, la campana sonó cuando el banco Lehman Brothers hizo conocer las pérdidas por más de 7 000 millones de dólares relacionadas con inversiones hipotecarias, sin embargo, un titular del banco comentó que “nadie rendía cuentas” y para sorpresa de todos se informó que su máximo ejecutivo ganó 300 millones de dólares en ocho años, frente a esta situación desesperada pidieron ayuda al Estado; no obstante, y con la quiebra encima, no dudaron en pagar 20 millones de dólares en compensaciones a tres ejecutivos.
¿Cómo reaccionar en esta emergencia? El gobierno de Estados Unidos aprueba un “rescate financiero” de 700 mil millones de dólares; en Europa y Japón hacen lo mismo con cantidades considerables y hasta nosotros en el Perú, como lo manifestó el presidente hace aprobar una buena cantidad de millones para que en un esfuerzo conjunto de los protagonistas primarios, secundarios y los de las colas puedan garantizar el retorno a la estabilidad financiera, incluso el F.M.I. aconseja que se usen recursos públicos.
Uno de los discursos favoritos en la verborrea de los políticos es que hay que preocuparse en crear más trabajo para lograr el bienestar social, porque cuanta mayor sea la inversión los países tendrán mejores standares de vida.
La pregunta sencilla y simple es: ¿realmente los gobiernos y los políticos tienen esa sensibilidad social? ¿de veras quieren ayudar al mejoramiento social?. Creo que es necesario reflexionar al respecto. En primer lugar, si alguna economía, es decir, algún país medio pobre y bastante pobre hubieran mostrado una pérdida de menos de 7000 millones, es casi seguro que el FMI hubiera tomado cartas en el asunto y hubiera puesto al país en “cuarentena económica” (de alguna manera los peruanos sabemos de estas prácticas, solo basta recordar gobierno del 85 al 90, cuando nos catalogaron como “país inelegible” solo por haber tratado de presionar al sistema para que nos compren con preferencia nuestros productos y tener solvencia para pagar nuestra deuda). En segundo lugar, si solo dividiéramos las cantidades de de los distintos gobiernos para el “rescate financiero” entre los habitantes de cada una de las economías, teniendo en cuenta las poblaciones económicamente activas nos daríamos cuenta que la solidaridad social solo es un cuento. Vemos en nuestra realidad como en el Congreso se debate si se usa o no el total de la CTS y muchos casos sabemos que estas cantidades apenas supera a poco más de 200 dólares.
En consecuencia, una vez más somos los habitantes del mundo los que debemos sacrificarnos para “salvar” a los “pobres empresarios” para que no quiebren y sigan aprovechando de nuestra ignorancia con políticos al servicio del “sistema”. ¿Qué podría opinar Adam Smith sobre este exceso de libertad y falta de control al sistema financiero?..........

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